Monday, July 25, 2011

Jugando a quemarse.

El vestido era incisivamente corto, con un escote discreto y varias capas de tela que caían en vuelos desde su busto, zapatos rojos de tacón y bolso del mismo color, que hacían contraste con el negro azabache de la bonita prenda. Dio una mirada segura al espejo; su reflejo le devolvió el gesto. Estaba guapísima, ella lo sabía y le daba cierta satisfacción saber que eso haría la diferencia aquella tarde. Se soltó el cabello y lo cepilló ligeramente hasta que hubo quedado reluciente. Sólo cuando su ojo crítico se lo indicó, se permitió salir de la habitación, con la frente en alto y el paso sinuoso de aquel que se cree superior. 

Cerró la puerta tras de sí y tomó el ascensor para bajar al lobby, apretando los botones con un par de dedos cuyas uñas eran del color de la sangre. El hombre a su lado en el pequeño cubículo parecía estar soportando una carga enorme ¿quién era aquella? ¿por qué no la había visto nunca? ¿estaría dispuesta? el caso es que estaba nervioso, y todo gracias a ella. Evangeline movió suavemente su cabello, habiendo notado por el rabillo del ojo cómo la veía el tío; sonrió mínimamente, por supuesto que no tenía esperanzas con ella, nadie la tenía; sin embargo, se debe aprovechar un alma desesperada cuando se tiene la oportunidad y aquella era una que se presentaba en brillante marquesina. El ascensor marcó con un "tilín" la llegada a su destino y las puertas se abrieron, el nerviosismo del hombre pareció aumentar y Evie pensó por un momento que le alcanzaría. Pero no fue así. Con paso pausado, como de chica que espera algo, salió del cubículo alfombrado, hombros semi caídos, andar cansado.

Y entonces pasó. 

El hombre tomó de su codo y le hizo girarse, ella le miró de arriba a abajo. Para ser un fracasado no estaba mal. Negó con la cabeza, teniendo tacto de no decir nada que pudiera dar pie para una conversación y alzó su mano para mostrarle el anillo que en su dedo brillaba, regio. Para él estaba algo así como casada. Sonrió con una convincente expresión de disculpa y zafó el agarre con una breve sacudida. Afuera, junto al escritorio de recepción, se encontraba un hombre alto y delgado, de músculos marcados y espalda amplia. Evangeline salió presurosa y se colgó al cuello del chico, que sonrió y se inclinó para besarla. El hombre de antes salió del ascensor y le pasó por el lado. Con ojos abiertos, Evie le miró justo cuando él le miraba, y mientras aún besaba a su supuesto esposo, le guiñó un ojo al paseante con invitadora picardía. El tío sonrió con ardor.

Por supuesto que no estaba casada, no llegaría a nada específico con ese al que besaba y las esperanzas del que se iba consistían en juegos, humo y quimera.

 Cómo le gustaba jugar con la gente ¡Qué fácil caen estos animalitos humanos!

3 comments:

Dana said...

Que picardía. Me encanta.

nvrm-horn said...

Love it!!!:]

Anonymous said...

Es Allie, una vez comente en una entrada en tu antiguo blog. La jodida computadora se reseteo y se me borraron todos los blogs que tenia guardados.El anterior era uno de mis favoritos.Realmente no sabia que habia creado otro hasta que enontre Porfín tu antiguo blog y pude ver tu ultima entrada.
Es agradable volver a tener contacto contigo.Por cierto, cree otra novela, espero que la leas y avisame que te parecio:). Leere tu blogs de principio a fin, a ver que te ha pasado en todo este tiempo.
Allie..