Thursday, April 18, 2013

"Dios bendiga tus manitas", me dice, la foto de una de mis creaciones brillando justo encima de su mensaje;  reafirmando en silencio sus palabras.

"Gracias", respondo, y mirando mis muñecas me pregunto si es consciente de que son capaces de destruir también.

Saturday, March 16, 2013


Entraste por la puerta principal, con un zing, un ¡bam! y los ojos llenos de figuras literarias; hechos de ónice, decían, una noche sin luna. Agitaste el cabello, pagada de ti, y dejaste caer ante mí la fragilidad que tan bien habías escondido. Una noche sin luna, de hecho.

Eres la persona de las grandes entradas, de las eternas sorpresas; la que muy bien alberga a la niña y a la mujer en un pecho tan grande como el cosmos mismo. Te afianzas en los corazones, en las almas, con garras que acarician y no duelen; nunca duelen. Eres la del carácter volcánico y la mente de cristal, la que no se duerme en el arrullo del propio ego, la inconsciente. Porque tan cabalmente ignara de tu naturaleza fantástica, sólo tú, amor.

Bailas, saltas, ríes y lloras; alguna vez me dijiste que querías volar y lo acepté en silencio. Eres voluntariosa, decidida, y no te rindes sino es contigo. No vives la vida, la peleas; con esos ojos de metáfora y la piel blanqueada por un sol ausente, frío, que me enfría a mí también. Porque sabes, amor, que bajo él he descubierto, muy tarde quizás, que no es aquí y no es conmigo con quien quieres estar; que tu voluntad no es admirable, ni beneficiosa, sino nociva, y así la declaro de ahora en más. Nunca, sobre el mar y bajo la bóveda celeste, había habido persona alguna con una propensión tan afanosa a hacerse mal y por tanto concluyo que a las peleas vas a perderlas y la vida la vives a muerte.

Y dime cómo, amor, puedo no velarte si te sé muerta incluso en vida, a mano propia, a mano tuya. Me es difícil, no llorarte si vives para matarte.

Saturday, February 23, 2013

"Tenés que comenzar a vivir la vida, dejá de sufrirla"


Es un personaje en un libro, un amor tóxico, la interpretación literaria del mal humano y las relaciones nocivas; pero tiene razón. Ha de ser por eso, quizás, que me abracé las rodillas con los brazos y llevé las piernas hacia atrás, a donde un corazón latía desbocado. Alejandro le hablaba a Cielo, y en su personalidad de tinta y papel, sentí que me hablaba a mí también. 

Cosa extraña, ese efecto Tom Ryddle de sentir que alguien en el libro me habla. Más adelante, cuando mi vida tenga adaptación cinematográfica y banda sonora elegida por personas que no me conocieron ni a mí ni a mis gustos musicales por listas de reproducción, quizás copien esa partecita de la película de Harry Potter y me vea yo, transportándome a un recuerdo de Cielo y oyendo a Alejandro decir esas palabras. A mí, a ella, a las dos; da igual. 


Tenés que comenzar a vivir la vida, dejá de sufrirla. La adaptación cinematográfica del recuerdo de Cielo dentro de mi recuerdo de haber leído el libro sería por demás desacertada. Seguramente le harían hablar, pese a haberlo escrito, y lo harían frente a frente, aunque sucedió en una sala de chat. Tenés que comenzar a vivir la vida, dejá de sufrirla. Alejandro sería guapo, muy a pesar de su descripción literaria y su fugaz presencia en mis memorias, y seguramente sería yo guapa también. 

Luisa la guapa (está sufriéndola). 

Tenés que comenzar a vivir la vida, dejá de sufrirla.

¿Pero cómo? Las vidas vienen clasificadas: comedia, drama, horror, suspenso... ¿cómo dejar de sufrir una catalogada de drama? Siento a veces el olor del marcador permanente, como si estuviese alguien remarcando el género al que pertenece la mía. Canción triste (¿Qué les parece una de Yiruma, productores de audio? ¿Muy Twilight?). 

Tenés que comenzar a vivir la vida, dejá de sufrirla

A mí no me dicen Cielín, ni me recogen en la 9 de Julio e Independencia, ni lucho incansablemente por (y no contra) la anorexia.  No tengo trastorno de personalidad fronteriza, pero Alejandro me estaba hablando a mí. Casi siento el "Luisín"; el abrazo ausente, cibernético, frío, en código binario. 

Me hablaba anoche, cuando lloraba, y la anterior cuando... lo sentía justo detrás, o delante o a mi lado, diciéndome las palabras que le escribió a Cielo y llenándome de un entendimiento que se escapa como agua entre mis dedos. Tengo que comenzar a vivir la vida y dejar de sufrirla. Canción triunfal (¿Algo con la guitarra de Mumford and Sons?). 

Me pregunto desde que he encontrado la frase si hubiese tenido un menor impacto de ser menos cierta, o si me hubiese sentido igualmente identificada de haber sufrido un poquito menos y vivido un poquito más hasta el punto en que tomé el libro por vez primera. Tendré que ver mi memoria cinematográfica desde donde esté después de muerta, a saber qué opina el director y los productores.

Tal vez y le haga caso a Alejandro; en medio de su condición dual de dios y demonio, a veces sus palabras no parecen tan irracionales. Quizás deje de sufrirla tanto y comenzar a vivirla ¿Hay canciones ponderantes? En caso de haberlas, pueden insertar una aquí y desvanecer hacia el negro. 

Siguiente capítulo.