Saturday, July 2, 2011

Mery

La fila se extendía arriba y abajo de la Calle Principal, las personas en ella capturaban la atención de los paseantes que aún no se habían acostumbrado al barullo desorganizado de los que buscaban refugio; éstos, por su parte, se empujaban los unos a los otros buscando llegar al inicio de la excesivamente larga línea de personas. Mery bufó. El frío estaba abriéndose paso en el aire y el grado de obscuridad parecía aumentar con cada exhalación, cada parpadeo, cada segundo...

Sus dedos entumecidos dejaron caer el cartón y el papel periódico que habían recolectado durante el día y sus ya raídas botas se hundieron un poco en la nieve sucia del día anterior. Estaba acabada. No iba a llegar a tiempo a la base de las escaleras, no podría hacerse con una cama cómoda y un baño limpio esa noche; tendría que dormir entre la inmundicia, el ruido y las rata, procurando que el aguanieve no le mojara el cartón del improvisado colchón y que nadie le robara los zapatos. La sola idea de otra de esas noches le hizo doblar las rodillas y humedecer los ojos. Todo era tan injusto, tan injusto.

La formación avanzaba lentamente y se detenía a ratos en el medio de alguna pelea causada por insignificancias y a la que tenían que poner fin los otros indigentes y el personal del refugio, que jugaba un papel menor debido a las veces en que habían salido golpeados, insultados e irrespetados de cualquier forma por los participantes en la pelea, Mery se mantenía al margen, tratando de evadir meterse en problemas y salir lastimada también pero la fila la empujaba hacia delante, hacia la trifulca y un golpe desviado le dio directo en el ojo, tumbándola y dejándola inconsciente.

Mery despertó en el medio de la noche, jadeando y bañada en sudor, tenía la mano instintivamente puesta en el ojo y la otra, apoyada sobre la cama, se aferraba fuertemente a las sábanas. Vio en todas las direcciones, las figuras de las ventanas y la peinadora se recortaron en la fantasiosa inmensidad del cuarto oscuro; Mike, su esposo, dormía a su lado. Con un último jadeo se dejó caer sobre el almohadón de  plumas y abrazó a Mike. Estaba asustada.

En alguna parte de Moscú, la otra Mery apoyó un codo en el suelo y se recostó en la húmeda superficie de cartón, cobijada por el papel periódico de ese día y arrullada por el frío y cortante viento invernal, perdida en la miseria y la soledad, derramando lágrimas escarchadas y procurando que no le robaran las botas.

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No es tan largo ni tan bonito, ni llamativo, o incluso bueno; pero me gusta el plot, que tomé prestado de un cuento de Julio Cortázar que leí hace mucho. He estado de viaje y volveré a estarlo dentro de poco, pero les traje esto, que escribí en un cuaderno que me llevé conmigo. Espero sinceramente que les guste y les agradezco mucho sus comentarios en la entrada anterior, no saben cuánto me alegra verlos. 

Un beso, 

Lu.


3 comments:

Dana said...

Es diferente, me encanta :)

Adri said...

Hey! ... Disculpa tardarme tanto para comentar. Te seré totalmente honesta y te diré que se me olvido.. :S lo siento.

En fin, el oneshot esta muy bueno =). Me gustó el tema del que mas o menos hablaste y además, la fusion de las dos historias! Fue genial..
Espero que puedas subir otro pronto... De verdad disfruto leyendolos xD.
Te quiero mucho, Cuidate.
Hablamos Luego

Valery Sánchez said...

¿No es bueno? ¿Bromeas, verdad?
Lo diferente es bueno. Está bien, no todo lo diferente es bueno, pero esto es bueno. Me atrapó. Me encantó. ¿Son dos gemelas conectadas, verdad? Ninguna sabe que la otra existe, pero pueden sentir y ver lo que le ocurre a la otra a través de imágenes, ¿o me equivoco? MY GOD. Si es así, lo amé. Si no es así, necesito que me lo expliques como que... AHORA.

- Valery.

P.D: Extrañaba leer tus relatos. No puedo creer que no me pasara antes.